Al volver de la escuela, Candela siempre pasa por delante de la casa de la enredadera. Candela siempre ha pasado de largo, temerosa y acelerando el paso, pero hoy le ha llamado la atención un detalle inquietante: la puerta cristalera del balcón del primer piso estaba entreabierta. Y por si fuera poco, también le ha parecido oír un susurro. ¿Hay alguien en la casa?Un relato de intriga lleno de enigmas.