En 1973, Sarton abandonó su casa de Nuevo Hampshire para trasladarse a una casa en la costa de Maine, un lugar solitario con el mar, los bosques y los cielos inmensos siempre presentes. Pero la paz del lugar también tiene un lado oscuro, no era capaz de crear. Sin embargo la pasión creativa regresó y la autora aprendió que lo que tenía que ofrecer no dependía de los demás; un descubrimiento de un valor excepcional.