Madoc y Fallon. Dos adolescentes que no se conocen y que juegan al límite entre el amor y la guerra. Ella ha vuelto. Durante los dos años que estuvo en el internado, no supe nada de ella. Cuando volvió, de día ni me hablaba y de noche dejaba la puerta de su habitación abierta. Entonces era un tontorrón, pero ahora estoy listo para pagarle con la misma moneda. He vuelto. Después de dos años, sigue queriéndome aunque se comporte como si fuera mejor que yo. Pero ya no me asusta. Ni me presiona. Si se tira un farol, se lo devuelvo. Es lo que quiere, ¿no? Mientras me mantenga en guardia, no se dará cuenta de lo mucho que me importa.